Qué es el lean manufactuing (manufactura esbelta)

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El lean manufacturing, también conocido como manufactura esbelta, es un enfoque de gestión de la producción que se centra en maximizar el valor añadido y minimizar el desperdicio. Este enfoque se basa en la idea de que el exceso de inventario, sobreproducción, movimientos innecesarios, tiempo de espera y otros tipos de desperdicio no solo son ineficientes, sino que también pueden reducir la calidad del producto final y aumentar los costos.

Esta digamos filosofía de trabajo se originó en la empresa automotriz Toyota en Japón, donde se desarrolló un sistema de producción llamado «Toyota Production System» (TPS). Este TPS se basa en la eliminación continua del desperdicio, la mejora continua y la satisfacción del cliente. Desde entonces, el enfoque del lean manufacturing se ha adaptado y utilizado en una amplia variedad de industrias en todo el mundo.

Algo importante a tener en cuenta, es que la implementación del lean manufacturing requiere un cambio en la forma en que se piensa y se gestiona la producción. En lugar de enfocarse en aumentar la producción y reducir los costos a través de la economía de escala, se busca maximizar el valor añadido y minimizar el desperdicio. Esto se puede lograr a través de una serie de herramientas y técnicas, como la carta de flujo, el seguimiento visual, la gestión de errores, la mejora continua y la resolución de problemas.

Beneficios del Lean Manufacturing

Uno de sus principios clave es el llamado «flujo de valor». Este principio se refiere a la idea de que la producción debe ser organizada de tal manera que el producto fluya de una etapa a otra de forma fluida y sin interrupciones. Esto se logra mediante la eliminación del exceso de inventario y la reducción de los tiempos de espera en cada etapa del proceso de producción.

Como comentamos al principio del artículo, una de sus principales características es la eliminación del desperdicio. La idea es identificar y eliminar cualquier actividad que no añada valor al producto final (sobreproducción, exceso de inventario, movimientos innecesarios de materiales, tiempos de espera…). La eliminación del desperdicio mejora la eficiencia, la calidad del producto final y reduce los costos.

Además de la eliminación del desperdicio, otra herramienta clave del lean manufacturing es la mejora continua. La idea es que no se trata simplemente de implementar un sistema de producción en un momento dado, sino que más bien se trata de un proceso constante de mejora y optimización. Esto se logra a través de la participación activa de todos los miembros del equipo, que trabajan juntos para identificar y solucionar problemas, mejorar el flujo de valor y aumentar la eficiencia.

 En resumen, los beneficios del lean manufacturing son los siguientes:

– Mayor calidad del producto: La mejora de la eficiencia libera empleados y recursos para la innovación y el control de calidad que antes se habrían desperdiciado.

– Mejores plazos de entrega: Al racionalizar los procesos de fabricación, las empresas pueden responder mejor a las fluctuaciones de la demanda y otras variables del mercado, lo que se traduce en menos retrasos y mejores plazos de entrega.

– Sostenibilidad: Con menos residuos y mayor adaptabilidad, la empresa está mejor preparada para prosperar en el futuro.

– Satisfacción de los empleados: Los trabajadores saben cuándo su rutina diaria está hinchada o repleta de trabajo innecesario, y esto afecta negativamente a su moral. La fabricación ajustada no sólo aumenta la productividad, sino también la satisfacción de los empleados.

– Aumento de los beneficios: Y, por supuesto, una mayor productividad con menos residuos y mejor calidad se traduce, en última instancia, en una empresa más rentable.

Conclusión

En conclusión, la implementación del lean manufacturing puede tener un impacto significativo en una empresa, ya que es capaz de mejorar la calidad del producto final, reducir los costos, aumentar la eficiencia y la productividad, y aumentar la satisfacción del cliente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que su implementación no es un proceso fácil y requiere un compromiso y un cambio en la cultura de la empresa. Es necesario capacitar a todos los miembros del equipo y trabajar en conjunto para lograr los resultados deseados.