La tecnología de fabricación aditiva comenzó a desarrollarse en la década de 1980 y desde entonces ha evolucionado hasta lo que conocemos hoy. Pero, ¿Qué es la fabricación aditiva? Pues bien, se trata de un modelo de producción, base de la industria 4.0, que permite la fabricación de piezas sólidas tridimensionales, sin moldes ni herramientas, mediante la impresión 3D.
Mediante una impresora 3D, la fabricación aditiva permite producir piezas de forma rápida y sin desperdicios. La máquina coloca el material en capas, pero sólo lo necesario para dar la forma que queremos a la pieza.
El sector de la fabricación aditiva ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años, lo cual se debe a su rapidez, su precisión y su ahorro, tanto en tiempo como en materiales. Como detalle, debido a la actual crisis de suministro, se ha convertido en una de las tecnologías que mejores resultados está dando y cada vez más industrias deciden incluirla en su producción.
Más allá de la impresión 3D
Algo a tener en cuenta es que la fabricación aditiva es un concepto que engloba tecnologías que van más allá de la impresión 3D. Algunos ejemplos de ello son la creación rápida de prototipos, la fabricación digital directa, la fabricación por capas o la fabricación aditiva. Esta combinación de tecnologías convierte a la fabricación aditiva en el proceso de producción del futuro, con aplicaciones ilimitadas.
En sus comienzos, la fabricación aditiva se centraba en el prototipado rápido, o lo que es lo mismo, en la visualización de las piezas antes de su producción. Sin embargo, con el paso de los años, se ha centrado en la fabricación de piezas de uso final para todo tipo de sectores. Y es que gracias a la impresión 3D, hoy día se pueden producir componentes geométricos personalizados, adaptados a cada negocio y situación.
¿Cómo empezar el proceso de Fabricación Aditiva?
Comienza con un boceto en CAD. Es decir, un boceto realizado con un software de diseño asistido por ordenador como Autodesk Fusion 360, con el objetivo de crear y editar modelos bidimensionales y tridimensionales de objetos físicos. Con este boceto, el equipo de fabricación aditiva toma los datos del archivo digital y forma la pieza, añadiendo los materiales por capas.
En comparación con las técnicas de producción tradicionales, la fabricación aditiva reduce los procesos intermedios. Gracias a que elimina pasos, como puede ser la producción de herramientas, es capaz de obtener las piezas más rápido. Por si fuera poco, al utilizar sólo el material necesario para la fabricación de cada componente, se eliminan los residuos, se reducen los precios y se optimiza el respeto por el medio ambiente.
Crecimiento exponencial de la Fabricación Aditiva
Allá por 2009, la tecnología de fabricación aditiva ya avanzaba hacia un uso masivo en la industria gracias a sus proyectos de código abierto, los pedidos de piezas en línea o las impresoras interconectadas, por ejemplo. Pero es que ahora, a punto de entrar en 2023, y con la crisis actual en la cadena de suministro, se postula como la solución a los cuellos de botella que puedan surgir.
Más allá de la democratización de la fabricación aditiva, la tecnología de este tipo de producción también avanza hacia la automatización. Empresas como Autodesk han desarrollado su propio software de automatización en la nube, para hacer más eficientes los procesos de producción. Los clientes pueden subir sus diseños a la plataforma y los reciben de forma rápida y segura.
Aunque queda mucho por descubrir, la impresión 3D y la fabricación aditiva están, sin lugar a dudas, ganando terreno. Y, si algo es seguro, es que seguirán transformando los modelos de producción y las cadenas de valor para que sean cada vez más eficaces.
Ventajas de la Fabricación Aditiva
La fabricación aditiva es una solución económica y sostenible, por lo que no es de extrañar que sea una de las bases de la industria 4.0.
Pero es que más allá de la sostenibilidad y la reducción de costes, resulta que la fabricación aditiva garantiza la independencia de la propia industria. Sobre todo con la actual crisis de suministro, ya que la demanda sigue creciendo, las piezas no llegan y la industria mundial está contra las cuerdas. Es aquí donde más destaca la fabricación aditiva, ya que posibilita una respuesta rápida por parte de la compañía.
Entre sus muy destacables beneficios podemos encontrar:
Velocidad de fabricación
La fabricación aditiva consigue reducir los tiempos de producción hasta en un 90%. Esto permite intensificar el ritmo de fabricación y reducir el coste de cada pieza. Además, los materiales utilizados son cada vez más baratos.
Producción bajo demanda
La relación entre volumen de producción y coste deja de tener sentido en la fabricación aditiva. Este modelo de fabricación permite realizar tiradas a menor escala y a medida, manteniendo su rentabilidad en todo momento.
Reducción de los costes logísticos
Los procesos digitales de la fabricación aditiva repercuten en los costes de almacenamiento y logística. Con esta solución, se dispone de un stock virtual y cada pieza se fabrica en el momento.
Ahorro de energía
Las piezas fabricadas digitalmente son mucho más ligeras. Es por ello que este tipo de producción precisa menos energía para funcionar y el consumo se reduce de forma notable.
Sostenibilidad
La fabricación aditiva aporta una producción más limpia y respetuosa con el medio ambiente. Pero es que además también aporta una reducción tanto del consumo de energía, como de los costes de transporte. También beneficia en el aparato logístico ya que la materia prima ocupa menos espacio que las propias piezas y, al apostar por la producción local, se elimina la dependencia de aquellos productores que están más alejados.